Por la Puerta de Aguilera se desciende por una calle, con soportales en su parte baja, hasta la Plaza Mayor, que es un buen ejemplo de arquitectura castellana. Toda ella está porticada con pilares de madera que se apoyan en una base de piedra.

 Las vigas, también de oscura madera, los balcones y el color de las paredes, que recuerdan la rojiza tierra soriana, le confieren una belleza singular, que se repiten en varias de las nobiliarias calles que de ella surgen, donde se pueden observar algunas casonas blasonadas.

  

En la última de las reformas de su pavimento se encontraron restos arqueológicos, entre ellos enterramientos de origen medieval procedentes de algún antiguo convento. A este respecto señalaremos que cerca del castillo, en su parte oriental, hay 21 sepulturas rupestres del siglo X, seguramente necrópolis del antiguo castillo.

 

En la Plaza Mayor se encuentra el reedificado consistorio municipal, con piedra de lajas en el cuerpo inferior y ladrillo en el superior; igualmente hay varios establecimientos comerciales.

  

De este ágora salen diversas calles, a cual más interesantes, como la que baja a la Hoz del Escalote, o la Calle Real, con dos casas palaciegas blasonadas, y cerca de esta útima destacan las casas de adobe, tan ostensibles en la antigua barriada judía, con sus calles de Yubería Alta y Baja.

 

Lo soportales subsisten en diversos tramos de varias calles, y hasta se ve alguna edificación de ladrillo en su primer piso, sustentado sobre vigas gruesas de sabina.