Dominando la villa desde su posición estratégica sobre un cerro, el castillo de Berlanga de Duero es un monumento histórico que simboliza el legado de la región. Este imponente complejo refleja la evolución de la arquitectura militar desde la Alta Edad Media hasta el Renacimiento, con una mezcla de elementos medievales e innovaciones renacentistas en la defensa artillera.
Orígenes Islámicos y Etapa Medieval
El castillo medieval tuvo su origen como una fortaleza islámica construida entre los siglos X y XI. Diseñada para proteger la frontera sur del Duero, fue un importante bastión en los conflictos entre los reinos cristianos y musulmanes. Aunque los restos de esta primera construcción son escasos, los registros históricos y arqueológicos confirman su existencia y relevancia. En 1059, durante una campaña militar en el Alto Duero, el rey Fernando I de Castilla tomó Berlanga, iniciando un proceso de renovación del castillo para adaptarlo a las necesidades de defensa cristianas. A finales del siglo XIV, el castillo pasó a ser propiedad de la influyente familia Tovar, momento en el que se introdujeron mejoras significativas bajo la dirección de Juan Fernández de Tovar, Almirante de Castilla.
El auge del castillo continuó en el siglo XV, cuando Luis de Tovar e Isabel de Guzmán impulsaron su ampliación. Entre las mejoras más destacadas de esta etapa están la torre del homenaje y la zona palaciega, que conferían un carácter señorial al recinto. Los escudos de ocho linajes, tallados en la torre del homenaje, simbolizan el poder y prestigio de sus promotores.
La Fortaleza Artillera Renacentista
El desarrollo de la artillería de fuego en el siglo XVI trajo consigo la necesidad de adaptar las fortalezas tradicionales. María de Tovar e Íñigo Fernández de Velasco, herederos del señorío de Berlanga, emprendieron una ambiciosa transformación del castillo. Entre 1522 y 1527, se inició la construcción de una nueva fortaleza artillera alrededor del castillo medieval. Este nuevo recinto, diseñado por Lope de Isturizaga, maestro de obras de renombre, incluía innovaciones como gruesos muros calizos, cubos artilleros y casamatas diseñadas para soportar bombardeos y alojar piezas de artillería pesada. Aunque nunca fue escenario de ataques, su diseño reflejaba los avances en la ingeniería militar de la época. El contraste entre el castillo medieval y la inconclusa fortaleza artillera convierte al conjunto en un testimonio único de la transición en las estrategias de defensa durante el Renacimiento.
Decadencia y Abandono
Tras la muerte de María de Tovar, el castillo comenzó a perder su función militar y asumió roles secundarios como prisión, archivo y arsenal. Este declive se aceleró en el siglo XVII debido a saqueos, desmantelamiento de estructuras por parte de los propios marqueses y un incendio devastador en 1660. Para finales del siglo XVIII, el castillo estaba en ruinas, conservando únicamente los muros principales.
Recuperación y Uso Actual
Recientemente, el Ayuntamiento de Berlanga de Duero adquirió el castillo y su entorno, incluyendo las murallas y los jardines, como parte de un esfuerzo por preservar este valioso patrimonio. Los trabajos de consolidación y restauración han permitido poner en valor el monumento, que ahora se presenta como un destino turístico y cultural. Hoy, la visita al castillo comienza en la torre del homenaje, donde se encuentra la oficina de turismo y una exposición sobre la historia del conjunto. Desde allí, se pueden explorar sus patios, murallas y casamatas, así como disfrutar de las vistas panorámicas de Berlanga y su entorno. El castillo de Berlanga no solo es una estructura monumental, sino también un lugar cargado de historia, donde las piedras hablan de conquistas, linajes nobles y los cambios de un mundo en transformación.
La entrada al interior del cerro y el castillo se realiza a través de la torre del palacio, donde se encuentra la oficina de turismo.