Construido probablemente a finales del siglo XV, esta impresionante picota gótica era el elemento que indicaba que la villa tenía su propia jurisdicción y servía, a la vez, para castigo de los reos y exhibición de los objetos o herramientas con los que había cometido un delito.
Realizada en piedra caliza, tiene una sección cuadrangular y se asienta sobre unos escalones circulares. La mitad inferior tiene una decoración más sencilla y culmina con cuatro originales cabezas de león que la separan de la parte superior, más elaborada, cuya estructura y decoración recuerdan a un pináculo gótico con los que se culminaban las catedrales. En la cima presenta una curiosa figura de un león que sostiene un blasón liso con tres de sus patas, mientras que con la cuarta se tapa el ojo derecho.