Situado extramuros de la villa, el Hospital de Peregrinos de Berlanga de Duero fue fundado en el siglo XVI, en el segundo cuarto de la centuria, bajo el patrocinio de los primeros marqueses de Berlanga, Juan de Tovar y Juana Enríquez. El hospital tenía la función principal de albergar a enfermos y peregrinos, dos de las categorías más necesitadas de la época, y se erigió utilizando tapial y adobe, materiales propios de la construcción rural de la época.

 

Elementos Conservados

 

Hoy en día, apenas queda del edificio original, pero aún podemos contemplar algunos de sus elementos más representativos:

  • Puerta de acceso: Una entrada de sillería caliza, destacada por su sencillez y ornamentación, con un arco de medio punto decorado con los escudos de armas de los Tovar y los Enríquez.
  • Chimenea de ladrillo árabe: Una imponente chimenea que pertenecía a las cocinas del hospital, que conserva su estructura original realizada íntegramente en ladrillo, típico de la arquitectura del periodo.
  • Capilla: La capilla que pertenecía al hospital ha sido transformada en la ermita barroca de Nuestra Señora de las Torres, un pequeño templo que alberga una imagen venerada en la villa.

La Ermita de Nuestra Señora de las Torres

 

La capilla original del hospital, que servía como lugar de oración para los enfermos y peregrinos, fue reedificada en 1732 por el arquitecto Domingo de Ylisástegui, transformándose en la ermita de Nuestra Señora de las Torres. Esta ermita barroca custodia en su interior la venerada Virgen de las Torres, una talla de gran valor artístico, que data del siglo XIII y es de estilo románico-gótico. La figura de la Virgen fue trasladada desde la antigua Iglesia de Santo Tomé, destruida en el siglo XVI, y es uno de los más importantes iconos religiosos de la villa. Además, los retablos barrocos del siglo XVII y XVIII que decoran la ermita complementan el conjunto, enriqueciendo la espiritualidad del lugar con su detallada ornamentación.

 

Uso y Función Histórica del Hospital

 

El hospital no solo cumplió con su misión asistencial para los enfermos, sino que también sirvió como albergue para peregrinos, una función crucial en la Edad Media y el Renacimiento, dado el paso de rutas jacobeas y de otros caminos de peregrinación. Además, su ubicación extramuros le permitía ofrecer atención sin interferir en la vida cotidiana de la villa. El hospital y la ermita de Nuestra Señora de las Torres, aunque han sufrido transformaciones a lo largo de los siglos, siguen siendo testigos del mecenazgo de la familia Tovar y del papel esencial que desempeñaron en la vida religiosa y social de Berlanga de Duero durante la Edad Moderna. El conjunto es una pieza fundamental del patrimonio histórico de la villa, que permite conocer tanto su dimensión espiritual como su función social en el contexto de la época.

 


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