En la Plaza del Mercado, a los pies del cerro del castillo, podemos contemplar la fachada del Palacio Renacentista de los Señores de Berlanga. Único vestigio que queda en pie, ya que fue incendiado durante la Guerra de Independencia por las tropas napoleónicas, de lo que seguramente fue un majestuoso edificio. El Palacio es uno de los principales vestigios de la arquitectura señorial del Renacimiento en España. Su origen se remonta a finales del siglo XV, cuando María de Tovar ordenó construir un primer palacio fuera del castillo. Sin embargo, tras convertirse en duquesa de Frías, abandonó este proyecto y planteó la construcción de otro junto a la colegiata, que nunca se llevó a cabo debido a desavenencias con el clero.
La construcción definitiva del palacio fue promovida por Juan de Tovar, señor de Berlanga desde 1528, en un lugar más destacado y amplio que permitiera realzar su esplendor. Aunque incendiado por las tropas napoleónicas durante la Guerra de Independencia en 1811, conserva su monumental fachada, realizada en piedra de sillería, con tres plantas y una galería alta en el último piso, reflejo del estilo renacentista de las villas ducales del siglo XVI.
Sobre la portada principal, de arco adintelado, destaca el escudo de armas de los Tovar y los Enríquez, acompañado de la inscripción latina: “SAPIENTIA AEDIFICABITUR DOMUS, ET PRUDENTIA ROBORABITUR” (“La sabiduría edificará la casa y la prudencia la fortalecerá”), un testimonio de la exaltación del linaje promotor.
Estructura y Distribución del Palacio
Gracias a diferentes estudios sabemos que contaba con un gran pretil delante de la fachada desde donde se accedía por la puerta principal a un amplio zaguán, antesala de un patio central de columnas. Este patio, eje desde donde se distribuía todo el palacio, contaba con dos alturas con una galería inferior tenía columnas de piedra con arcos de medio punto y una superior zapatas y dinteles de piedra. El acceso al piso principal por el patio se hacía a través de una escalera monumental situada en un lateral del mismo. El piso principal albergaba las estancias más destacadas del palacio, como los salones o dormitorios. Desde este piso se podía acceder a los magníficos jardines situados a levante del palacio, distribuidos en cinco alturas, adornados con fuentes y estatuas y regados por una ingeniosa noria.
El edificio también incluía una caballeriza-granero, donde se almacenaban cosechas y caballos, y una cochera construida en el siglo XVII para los carruajes. Este complejo conformaba un conjunto palaciego de primer nivel.
Actualidad y Reconstrucción
Tras el incendio de 1811, gran parte del palacio quedó destruido y fue usado como cantera de materiales en años posteriores. Actualmente, su única torre en pie alberga la oficina de turismo, donde se puede disfrutar de una reconstrucción virtual inmersiva que permite explorar las estancias perdidas. Este proyecto es parte de un esfuerzo por recuperar la historia y la grandeza del Palacio Renacentista de Berlanga.