La primera obra defensiva que encontramos camino del castillo es la imponente muralla que discurre por la parte baja del cerro. Esta cerca se sitúa cronológicamente en el S. XII y protegía a la población de la villa que en aquel momento se ubicaba en las laderas del cerro a los pies, posiblemente, de un primitivo castillo del que no ha quedado ningún resto apreciable.
La muralla, construida en mampostería concertada, fue inicialmente un muro más bajo, contaba con un remate almenado y era de un grosor aproximado a la mitad del muro actual. Posteriormente es recrecido en altura, aumentado su grosor, dotado de nuevas almenas y reforzado con cubos de flanqueo que, a nivel arquitectónico, hacen la función de contrafuertes.
Los restos del tramo que discurren por los acantilados del río Escalote son de la obra inicial. Esta parte no se reforzó pues sus cualidades defensivas naturales hicieron que la antigua cerca fuese considerada como suficiente protección.
Del palacio de los duques de Frías hacia la derecha, mirando desde extramuros, encontramos dos cubos de la muralla más próximos entre sí que el resto. Era éste el lugar donde se ubicaba una de las puertas del recinto. Actualmente su hueco se encuentra cubierto con un muro de tapia de cal, detalle que nos indica su contemporaneidad con otra barrera posterior que parte de este punto y deja la mencionada puerta intramuros de la nueva cerca, que abarcaría prácticamente lo que ha sido la villa de Berlanga hasta hace pocos años. Sólo se conservan restos visibles en el tramo que desde aquí avanza, prácticamente en línea recta, hasta los restos de mampostería de una noria en apenas unas decenas de metros.
El muro está confeccionado con obra de tapia de tierra y enfoscado con cal. Presenta tres torres cuadradas macizas y, a pocos metros de la muralla anterior de mampostería, contaba con una puerta de la que aún quedan vestigios de una de sus mochetas en piedra labrada.
El origen de esta barrera de tapia, evidentemente hay que buscarlo en el desplazamiento y aumento de la población a una zona más cómoda y extensa que las empinadas laderas del cerro del castillo.
Inmediatos al palacio de los Duques de Frías, volviendo a la primitiva cerca, quedan los restos de cuatro "miradores" abiertos sobre otros tantos cubos de muralla en época moderna, cuando en la zona intramuros se construyen unos magníficos jardines a varios niveles. Para su confección se derribó la parte superior de los cubos, así como la parte correspondiente de muralla.
PUERTAS DE AGUILERA
Y DEL MERCADO
Los investigadores que nos preceden han puesto de manifiesto la existencia de un doble recinto medieval murado en Berlanga de Duero. El primero se sitúa en torno al castillo seguramente del siglo XII-, y el segundo, hecho de tapial, quizás en el siglo XIV.
De esta segunda muralla quedan dos puertas: la de Aguilera y la del Mercado. Documentos del siglo XVI la citan a la del camino hacia Aguilera como puerta principal de la villa. Cerca de ella se encuentran, extramuros, la puerta del antiguo hospital de enfermos y albergue de peregrinos, la anexa ermita de Nuestra Señora de las Torres, y, desde hace escasos años, hacia el norte, el rollo. Cruzándola se accede, por una porticada calle, a la Plaza Mayor.
A comienzos del siglo XX aún existía otra puerta de la muralla bajando hacia la hoz del río Escalote, llamada Puerta del Barranco. Se supone que existieron al menos otras tres que podríamos llamar Puerta del Mercado Nuevo, Puerta Occidental y Puerta de San Pedro.
El flanco derecho de la Puerta de Aguilera, con su almena incluida, es una reconstrucción reciente, realizada por la Escuela Taller. El arco de entrada es gótico, pero las dos columnas y venera que hay encima apuntan al renacimiento. El blasón se encuentra picado, por lo que no se puede apreciar signo alguno de armas nobiliarias. Tal circunstancia reaparece en otros escudos palaciegos, quizás debido a que, en un momento determinado histórico, cayera en desgracia el noble que tuviera tales armas blasonadas en su escudo familiar.
La Puerta del Mercado se encuentra en el flanco izquierdo del palacio renacentista de los señores de Berlanga; puerta construida en el siglo XVI y que seguramente sustituyó a otra que había anteriormente. Por ella se accede a la loma sobre la que se asienta el castillo, de propiedad municipal desde comienzos del siglo XXI. La Plaza del Mercado Viejo se encuentra en frente del palacio, al sur, donde hace pocos años se inauguró el monumento a Fray Tomás de Berlanga.
El texto primero corresponde al libro Compendio de los castillos medievales de la provincia de Soria..., Diputación de Soria, 2004, de Ángel Lorenzo Celorrio. El segundo es de Ángel Almazán de Gracia.