En la carretera que conduce de Berlanga a Soria, a poco más de dos kilómetros (dos leguas de las de antes)  y a la izauierda, se encuentra la ermita de la Carrascosita, dedicada a Nuestra Señora de Carrascosa, a la que se acudía en romería, hoy sin culto alguno, incluso ha servido como taina.
El edificio actual es de 1745, pero el culto es anterior puesto que existe documentación, de mediados de 1715, donde se habla de unas obras de reparación de la casa aneja que tenía. También se ha documentado la función religiosa de San Lázaro, con su rosario y sermón, a inicios del siglo XX.
Bedoya, a mediados del siglo XIX, escribía: "Tiene casa para un santero y en ella una sala para el ayuntamiento que se considera patrono de esta ermita. En las necesidades de agua y otras acostumbra la villa llevar la imagen de nuestra Señora a la colegiata y hacerle en ella un devoto novenario con gran confianza en su pronto y bien experimentado patrocinio".
La imagen tradicional de esta Virgen la sitúa sobre un árbol. El cardenal Mendoza, a finales del siglo XV, otorgó cien días de indulgencia a todas las personas que rezasen con devoción una Salve delante de dicha imagen. Y contaba con su propia cofradía cuando menos en 1787.
En el tímpano de la portada figura el escudo de la villa.
VIRGEN DE LAS TORRES
Se encuentra entre el antiguo Hospital de San Antonio y el arranque de la carretera hacia Aguilera y enfrente de la Puerta de Aguilera. En la época de Bedoya no tenía la consideración de ermita sino de capilla.
Adosado a la fachada sur está el arco de entrada del citado hospital, en el que figuran los escudos de los Tovar y los Enríquez, marqueses de Berlanga.
El retablo, como puede apreciarse, es barroco, y en su centro se encuentra Nuestra Señora de las Torres, a la que se lleva en procesión el 24 de septiembre, con salve cantada en el monasterio de monjas concepcionistas, además de subasta de manzos y del quite del manto.
Asimismo, el obispo de Sigenza y el arzobispo de Zaragoza, Francisco Álvarez y Juan Sáenz de Buruaga, respectivamente, concedieron 120 días de indulgencia rezando con devoción una Salve delante de su imagen. Además, el obispo de Tarazona, Esteban de Vilanova, otorgó 40 días de indulgencia por cada paso que se diera "con la intención de ir a visitar su santa Capilla". Y cuenta Bedoya que el señor obispo de Zamora D. Francisco Zapata, concedió  cuarenta días de indulgencia por cada paso que se dé con ánimo de ir a visitarla a su capilla.

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